martes, 18 de marzo de 2014

COMENZAMOS

Y digo que fue un septiembre caluroso, sin tenerlo yo muy claro. Quizás sí hizo calor o quizás era la abarrotada sala de espera de infertilidad del hospital la que emanaba aquel calor. No sé, pero cuando papá Buda y yo llegamos al hospital de la ciudad de al lado nos sentimos como Paco Martínez Soria en la capital, nos faltaba nada más la cesta con gallinas. Gracias a dios, que aquello estaba lleno de parejas que estaban en lo suyo y no nos prestaron mucha atención.
 
Fue en ese momento cuando el por qué a mi, se convirtió en el por qué a tanta gente. Cierto es que no todos estaban para ovodonación, creo que una mínima parte si soy realista; pero aquellas parejas tenían problemas de infertilidad como yo, y aunque no consuele, me hizo sentir menos sola en el mundo.  Lo primero que recuerdo de aquel día fue un comentario, no muy afortunado he de decir, de papá Buda. Estábamos charlando sobre la de personas que había y me soltó algo así como que hay que ver la de mujeres que tienen problemas para quedarse embarazadas. Me sentó como una patada en la tripa, yo que pensaba que me entendía, que sabía como me sentía con respecto a ese tema... Y por mucho que se disculpó y que apeló a la ignorancia de ese tema hasta que me conoció, siempre me ha quedado la duda de si hubiéramos pasado por todo lo pasado si hubiera sido él el que hubiera tenido problemas de fertilidad. Pero otro día hablaré largo y tendido de él.
 
Cuando nos tocó entrar conocimos al que sería nuestro médico hasta el final. Era un tío extraño, mezcla entre agradable y extraño, papá Buda dice que a él le parece simpático; yo aún no le he cogido el punto. El doctor cogió nuestro informe y me confirmó que tendríamos que pasar por la ovodonación para llegar a ser padres. Nos explicó cómo funciona el proceso y por todo lo que tendríamos que pasar antes de llegar al día de la transferencia.
 
Primero nos contó que en la seguridad social no existe un banco de óvulos o semen como puede existir en las clínicas privadas, la gente no somos demasiado altruistas que digamos. Así que para poder buscarme a mi una donante, yo tenía que llevar a otra para aportar al programa. Me explico, yo buscaba una donante que pasaría todos los controles necesarios para poder donar y que sus óvulos sirvieran para ayudar a otra pareja. A su vez otra pareja llevaría la donante que me regalaría a mi sus óvulos. Una vez que encontráramos a la donante volveríamos a la consulta para empezar con los controles y ya seguiría explicándonos como seguir. No fue muy alentador con el tema de donantes, pero también hemos de decir que tenía consulta privada y se empeñaba en derivarnos sutilmente hacia ella.
 
Cuando salimos de allí estábamos más liados que al principio, muchas más dudas, más preguntas y ahí fue donde encontré un foro de ovodonación donde conocí a gente estupenda y que me ayudó como no imaginan. Me informaron sobre cómo buscar donante, como afrontar todo lo que se me venía... todo lo que necesité y más; por eso les estoy tan agradecida.
 
Una vez que tuvimos claro que para buscar a la donante necesitábamos poner un anuncio, nos entró la duda de cuándo empezar a buscarla. Yo creo que nos entró el miedo de que todo empezara ya y nos había pillado en bragas, con mil cosas por decidir y hablar. No sé, empezó a girar la rueda y nosotros no estábamos preparados. Aún así pusimos el anuncio aquella semana pensando que tardaríamos en encontrar a alguien, pero no  fue así. La encontramos enseguida, y una vez que aclaramos todas las condiciones pedimos cita para volver a ver a mi amigo el doctor.
 
Nos dieron cita un viernes y le explicó todo a la donante: pruebas genéticas para descartar cualquier enfermedad, citologías, ecos, medicación... todo para que en diciembre  volviéramos a la consulta y nos dieran las siguientes instrucciones como decía él. Y diciembre llegó, todas las pruebas de la donante eran ok así que empezó con la medicación para que cuando la llamaran para donar estuviera lista.
 
A quedó en llamarme en enero y fueron las navidades más ansiosas que he vivido.